Muchas industrias están siendo revolucionadas o afectadas por los avances tecnológicos constantes del siglo 21. Este es el caso de la construcción, donde estos desarrollos están obligando a la industria a re-evaluar sus métodos tradicionales. Uno de estos avances tecnológicos que empujan los límites en la industria de la construcción es la impresión 3D.
La impresión 3D, o fabricación acumulativa, se refiere al proceso de crear un objeto físico de un modelo tridimensional “imprimiéndolo” usando una máquina especializada que coloca capas sucesivas de materiales especializados para poder formar la forma deseada del objeto. Sin embargo, esta tecnología no es nueva, y ya se habían hecho otros intentos para traer la construcción 3D a la industria.
En 2016, la compañía de construcción China HuaShang Tengda decidió probar esta tecnología y construyó una villa de 400 metros cuadrados en China. El proyecto, que tiene la capacidad de resistir un terremoto de nivel ocho, tomó 45 días en completarse y fue impresa en 3D en el sitio. Ese mismo año, la compañía Americana Gensler también optó por probar esta opción e imprimió en 3D el primer complejo de oficinas en Dubai. El proyecto tiene 240 metros cuadrados y tomó 17 días en completarse. Sin embargo, a diferencia del anterior, este fue construido fuera del sitio y luego transportado a su ubicación en Dubai.
Ambos proyectos entregados construcciones de alta calidad en tiempo récord. Esto es resultado de que esta tecnología está mejorando a una velocidad increíble y este año Apis Cor, un emprendimiento de San Francisco, alcanzó un nuevo hito en la impresión 3D en la industria de la construcción, ya que la compañía logró imprimir una casa redonda de 38 metros cuadrados desde cero en sólo 24 horas.
Apis Cor construyó su Proyecto con una impresora móvil en Stupino, Rusia, a 95 kilómetros de Moscú. Esta fue la primera vez que se construyó una casa utilizando este tipo de impresora. No obstante, los resultados de este primer intento fueron sorprendentes ya que la construcción está extremadamente bien construida y se espera que dure alrededor de 175 años. Para dar vida a este proyecto, Apis Cor utilizó una de sus impresoras móviles únicas en el mundo que tiene forma de grúa, permitiéndoles moverla de una manera bastante sencilla. Sin embargo, la máquina aún funciona como la mayoría de las impresoras 3D regulares, apilando capas de material una encima de la otra.
La casa, que incluye una sala de estar con una cocina abierta, un salón y un baño, fue construida en asociación con otras 5 compañías que proveyeron los materiales para que se complete el proyecto. Estas compañías fueron: el desarrollador público ruso líder PIK Companies, Samsung, que proveyó todos los electrodomésticos de la casa incluyendo un televisor con el mismo radio de curvatura de las paredes, TechnoNICOL, una corporación que proveyó el material de aislamiento, BITEX, quienes entregaron la pintura y Fabrika Okon, que proveyó las ventanas de control climático.
La casa tuvo un costo de 10,134 dólares o 275 dólares por metro cuadrado, con las ventanas y puertas costando más de 30% del costo total. Puede que esta no sea la opción más barata ya que el precio promedio por metro cuadrado por una construcción similar está cerca de los 233 dólares. Sin embargo, esta es una solución totalmente nueva y puede que los costos bajen en el futuro. Además, el uso de impresión 3D en la construcción reduce el número de errores potenciales causados por los métodos tradicionales y permite mucha más flexibilidad en el diseño de construcciones.
Por otra parte, debemos mencionar que, aunque la tecnología está siendo probada con resultados exitosos, aún hay muchas limitaciones que previenen que ésta sea adoptada en la industria. Algunos de los problemas más importantes son la falta de operadores y diseñadores experimentados que pueden explotar esta tecnología al máximo, además de los riesgos y problemas potenciales que surgen de impresoras que no funcionan correctamente en los sitios. Finalmente, un problema clave que enlentece la adopción de impresoras 3D son los precios considerablemente altos de estas máquinas, algo que evita que los negocios adquieran y utilicen este tipo de tecnología.
Si bien la impresión 3D ofrece soluciones más rápidas con precios más costeables, en este momento no puede reemplazar por completo a las construcciones tradicionales. Sin embargo, sí puede expandir las posibilidades en la industria. Por ejemplo, puede ser una gran solución para reconstruir ciudades rápidamente en situaciones de emergencia como desastres naturales. Hay muchas otras aplicaciones potenciales como la construcción para esta tecnología y, con el tiempo, podemos esperar que las construcciones respondan mejor a nuestras necesidades y se vuelvan más y más autónomas con el paso del tiempo.