Revolucionando el biodiésel con algas

Hoy en día, la sustentabilidad es una gran preocupación para todos. Desde la industria de agricultura a la de manufactura, la contaminación y sobreexplotación de los recursos de nuestro planeta están llevando a consecuencias preocupantes para nuestro clima y salud. Esta es una de las razones por las cuales muchos científicos están buscando sin cesar nuevas alternativas a los combustibles contaminantes para proteger a nuestro planeta. Por fortuna, muchos de ellos pueden haber encontrado una respuesta en las algas.

Las algas han demostrado un potencial increíble en muchos campos. Muchas compañías están utilizando métodos innovadores de utilizar algas como sustituto para un gran número de cosas como comida de peces y polvos protéicos. Tal es el caso de New Wave Foods, un emprendimiento basado en San Francisco que incluso ha desarrollado un sustituto para langostinos utilizando algas que no tienen colesterol, son kosher e incluso está libre de alérgenos de almejas. Se dice que el producto es extremadamente preciso en su sabor sin todas las consecuencias originadas de malas técnicas de cría de langostinos como el uso de hormonas y antibióticos además de la falta de condiciones de trabajo justas en países como Tailandia o India, que son famosos productores de este crustáceo.

Sorprendentemente, la verdadera revolución traída por esta planta no está en la industria de alimentos sino en el sector energético. Actualmente, los Estados Unidos obtienen más del ochenta por ciento de su energía de combustibles fósiles, produciendo peligrosos niveles de CO2 cada día. Si bien gran parte del foco ha sido apuntado a fuentes de energía limpia y completamente renovables como la solar o eólica, estas opciones siguen siendo extremadamente costosas e imponen un cambio logístico para muchos países en desarrollo. El biodiesel ofrece una alternativa menos dañina a las fuentes de combustible tradicionales. Desafortunadamente, el biodiesel contemporáneo es derivado de aceites de maíz o soja, que siguen siendo más costosos de producir y cosechar que los combustibles fósiles convencionales. Sin embargo, puede que esta situación cambie pronto.

ExxonMobil, la compañía de energía más grande del mundo, se asoció con Synthetic Genomics, líder en biología sintética y genómica, para desarrollar una mejor alternativa al biodiesel utilizando algas, y mostrar su gran experiencia en la industria y sus capacidades de innovación.

Desde 1970, muchos científicos han intentado desarrollar una Fuente alternativa de combustible utilizando esta planta con muy poca suerte. Las algas son consideradas una gran opción para el biodiesel debido a su poco impacto ambiental, ya que pueden crecer en agua salada e incluso bajo condiciones ambientales duras, ya que sólo consumen luz solar y dióxido de carbono. Además, la extracción de su aceite sigue siendo simple y sencillo en refinerías convencionales.

Debido a todas estas características prometedoras, ExxonMobil, que ha sido criticado previamente por ambientalistas por contaminar con combustibles fósiles, comenzó la asociación de 600 millones y 10 años con el laboratorio en 2009. Luego de ocho años de trabajo duro, puede que hayan desarrollado una alternativa comercialmente viable.

Luego de recolectar y analizar varias especies de algas, el laboratorio optó por la especie Nannocholoropsis gaditana, un tipo de microalga con más de 9,000 genes, que ya había mostrado gran potencial para ser producida a gran escala. Desafortunadamente, luego de realizar varios intentos por incrementar los niveles de concentración de aceite dentro de la posibilidad de la comercialización, el laboratorio no logró ningún progreso sustancial hasta 2014. Los científicos del proyecto se dieron cuenta que la inanición llevaba a una producción de aceite más alta. Sin embargo, esto también causaba que las algas dejen de crecer, ya que la energía se utilizaba para producir células lipídicas en su lugar. Algas más pequeñas resultaban en un decrecimiento de la producción de aceite, lo que dejaba inútil la posibilidad de una producción a gran escala del combustible.

Viendo estos malos resultados, J. Craig Venter, co-fundador de Synthetic Genomics, decidió que era hora de un nuevo enfoque. Decidió examinar todo el genoma para localizar el gen preciso a cargo de la producción de aceite. Luego de muchas pruebas y errores, Venter descubrió 20 potenciales disparadores lipídicos. Él observó que el gen llamado “ZnCys” había generado resultados extraños. Luego de un mayor análisis, reconoció que este gen era el regulador maestro, ya que era el gen que producía las proteínas necesarias para controlar la producción de aceite en algas.

Luego de este momento de epifanía, el laboratorio pasó los últimos tres años manipulando y afinando el genoma de las algas para obtener una producción de aceite de alga excelente de la nueva especie genéticamente modificada, con buenos resultados. Synthetic Genomics pudo crear un nuevo tipo de alga capaz de producir el 40% del CO2 en aceite, un incremento sustancial del 15% en su etapa natural.

En conclusión, este incremento monumental en producción de aceite en el alga finalmente abre la posibilidad de una comercialización a gran escala del combustible, y su bajo costo de producción también permite que países emergentes lo consideren como una opción económicamente viable capaz de reemplazar combustibles fósiles dañinos. Sin embargo, todavía estamos lejos de ver esta nueva alternativa en nuestras gasolineras locales, ya que problemas como el impacto de un ambiente no controlado en las algas o el efecto ambiental de esta nueva especie en nuestro ecosistema aún deben ser evaluados. Además, los científicos de Synthetic Genomics también necesitan descifrar cómo hacer que el alga sea más fuerte y adaptable a diferentes climas, además de acelerar el proceso de producción de aceite para incrementar la rentabilidad. A pesar de todo esto, estamos en la dirección correcta, y hay mucha esperanza de reducir el uso de combustibles fósiles en nuestro planeta.

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