Muchos de nosotros nos hemos despertado y nos hemos dicho a nosotros mismos “debo trabajar en el proyecto” o “debo terminar todos mis deberes” sólo para darnos cuenta más tarde que pasamos todo el día viendo televisión o revisando Facebook. Esto nos pasa a todos, de vez en cuando perdemos el foco y terminamos siendo menos productivos de lo que esperábamos. Sin embargo, para alrededor del 20% de la población, este hábito llamado procrastinación puede realmente afectar su vida personal y su carrera profesional.
Entonces, ¿por qué lo hacemos? La procrastinación viene de un fenómeno llamado “reparador de humor”. Esto significa que intentamos sentirnos mejor postergando situaciones incómodas reemplazándolas con actividades que nos hacen sentir bien. Sin embargo, este sentimiento positivo es de corto plazo en la procrastinación y, por lo tanto, podemos terminar sintiéndonos mucho peor que si realmente hubiésemos terminado nuestra tarea. Por esta razón, muchos procrastinadores pueden terminar sufriendo de estrés, ansiedad, baja autoestima, etcétera.
Investigaciones muestran que este hábito es popular porque las personas tienden a priorizar el presente en lugar del futuro. Es por eso que es tan fácil para nosotros evitar pensar acerca de las consecuencias futuras y perder el tiempo, incluso cuando esta decisión puede dañarnos luego.
Sin embargo, la procrastinación puede controlarse y muchas personas han inventado muchas ideas diferentes para mejorar el manejo del tiempo. Aquí, explicaremos algunas prácticas populares para reducir la procrastinación y ayudarte a aprovechar tu tiempo al máximo.
- Comienza por lo fácil
Comienza imaginándote qué es lo que necesitas hacer, y luego continua con tareas simples y sencillas como hacer un plan, escribir un boceto corto y así. Cuando te concentras en pequeños pasos, una tarea desafiante puede volverse menos molesta y tu necesidad de procrastinar puede disminuirse considerablemente. - Enfócate en resultados inmediatos
Es mucho más fácil pensar en pequeñas recompensas inmediatas que pensar acerca de consecuencias lejanas. Simplemente piensa en los resultados directos de terminar una tarea y será más fácil poder comenzar. Pensar acerca de mirar tu película favorita o hablar con amigos luego de terminar la tarea puede ser mucho más poderoso que simplemente pensar en los resultados a largo plazo de no haber terminado. - Date algo de tiempo libre
No pongas objetivos poco realistas en lo que respecta a cumplir fechas límite, sólo te causarás estrés. En su lugar, intenta trabajar en un cronograma que también te permita distraerte de vez en cuando. No necesitas una tabla de horarios, simplemente define periodos de tiempo realistas para trabajar seguidos de un pequeño descanso. Por ejemplo, escucha un álbum o una lista de música mientras trabajas y date un descanso de diez a quince minutos luego de que la lista haya terminado. - Proponte objetivos más cortos
Es difícil no preocuparse o estresarse por tareas largas o complejas, haciendo que la procrastinación sea aún peor. Simplemente divide grandes proyectos en pequeñas tandas de objetivos para que no termines estresándote por una gran obligación. En su lugar, estarás completando numerosas tareas fácilmente. - Cambia de ambiente
A veces, puede que simplemente necesites un cambio de aire. Si te estás sintiendo particularmente frustrado acerca de algo, considera un cambio de ambiente. Ve a un lugar inspirador o a tu café favorito, puede ser el empujón adicional que neesites para comenzar el trabajo. - Elimina posibles distracciones
Habla acerca de tus objetivos con un amigo o colega y haz que hagan lo mismo contigo. Esto no sólo hará que el proceso sea menos solitario y por lo tanto más manejable, sino que el feedback de otras personas también puede mejorar tus resultados generales. - Haz públicos tus objetivos
Diles a todos acerca de tus planes. De esta manera, cada vez que veas a tus amigos, es probable que ellos pregunten acerca de tu progreso. Esto te empujará a continuar y darte ese empujón adicional que necesitas para mantenerte en foco y seguir trabajando. - No pienses demasiado
A veces, podemos terminar pensando que quizás no estamos preparados o que necesitamos más para comenzar. En algunos casos, esto puede ser verdad, pero depende de ti pensarlo y decidir si estás frenando tu propio progreso o no. La mayoría de las veces, nunca hay un momento perfecto y simplemente intentarlo puede ser la mejor solución. - Haz la procrastinación correcta
A veces, simplemente no puedes evitar procrastinar. Puede que no puedas concentrarte en cierta tarea por distintas razones. No entres en pánico, es comprensible. Sin embargo, para evitar sentirte culpable o estresado más tarde, intenta enfocarte en realizar el tipo de procrastinación correcta como hacer recados pequeños y fáciles o pensar acerca de otro proyecto. De esta manera, aunque no lograste cumplir con los objetivos que te propusiste, no sentirás que has perdido tu tiempo.