El concreto moderno es un material muy resistente; Sin embargo, los edificios modernos no tienen la longevidad de las antiguas construcciones. Edificios como el Panteón en Roma han durado siglos debido a un ingrediente especial en el concreto romano, ceniza volcánica. Este ingrediente reduce las fisuras y las grietas en el hormigón haciendo a estas construcciones antiguas durar a través del tiempo, superando incluso edificios hoy en día.
Sin embargo, el concreto actual es mucho más fuerte que el concreto romano, siendo la razón de su popularidad. Esta ventaja nos permite construir construcciones más grandes y desafiantes, pero su inconveniente radica en su propia fuerza. El concreto puede resistir increíbles cantidades de peso, por otro lado, su dureza lo hace débil contra la tensión. Este es un defecto importante en el material, ya que el concreto a menudo se contrae o se expande debido a factores externos como el clima. Esta característica provoca inicialmente grietas microscópicas en el hormigón que inicialmente son inofensivas, pero con el tiempo, pueden acumularse y causar graves problemas estructurales a las construcciones.
Para resolver este problema de construcción, el microbiólogo holandés Hendrik Jonkers ha creado un nuevo tipo de hormigón auto-curador con bacterias. Esta nueva forma de concreto presenta cápsulas que contienen bacterias y lactato de calcio. Las bacterias están inicialmente inactivas hasta el momento en que las cápsulas sean activadas, esto debido a las grietas que permitan al aire o al agua para pasar a través. La bacteria será capaz de producir piedra caliza y rellenar las grietas en unas pocas semanas, evitando que el aire o el agua lleguen a la estructura metálica del edificio y así, ampliar su vida útil.
El microbiólogo ha estado trabajando en este proyecto desde el 2006. Uno de sus retos fue encontrar las bacterias correctas que soportarán el duro y alcalino ambiente del hormigón. Encontró su respuesta en dos especies diferentes: Bacillus pseudofirmus y Sporosarcina pasteurii. Ahora, su siguiente paso es hacer que este material sea aún más accesible para todos. En la actualidad, el hormigón auto-curado o bioconcreto representa un costo más alto en comparación con el hormigón común. Sin embargo, Jonkers está trabajando en alternativas para el componente de lactato de calcio, el cual es uno de los componentes más caros en su fórmula. Actualmente está trabajando en reemplazar este componente con azúcar sin comprometer la dureza del hormigón.
Este es un enorme desarrollo en la industria de la construcción ya que los costos de mantenimiento son altos, consumen tiempo y, si no se detectan en el tiempo, estas grietas en el concreto pueden dañar a los edificios de manera irreparable. Este nuevo avance puede beneficiar muchas áreas diferentes. En el Reino Unido, otra iniciativa está en desarrollo y científicos del gobierno están actualmente trabajando en un proyecto similar con el fin de desarrollar carreteras auto-reparables. Como podemos ver, las posibilidades son infinitas y pronto podríamos construir estructuras tan duraderas como las construcciones antiguas.